Las certificaciones energéticas son los documentos legales que indican la calidad energética de una vivienda o un edificio. Un proceso indispensable y obligatorio con el que se verifica y da constancia de que el edificio o la vivienda en cuestión cumplen con la normativa en materia de eficiencia energética.
Desde el 1 de junio de 2013, el documento de certificación energética es obligatorio. El propietario de la vivienda o el edificio tendrá la obligación de mostrarlo si desea alquilar o vender el inmueble de acuerdo a lo establecido por el Real Decreto 390/2021 de nuestro país. Será precisamente el propietario el encargado de contratar los servicios de un técnico para obtener el certificado de eficiencia energética.
El certificador energético visitará tu vivienda para elaborar el certificado. Durante la visita, evaluará las diferentes condiciones energéticas de la vivienda para preparar el informe. En dicho certificado se harán constar, por ejemplo, el consumo de la vivienda y las mejoras energéticas que se pueden llevar a cabo, así como un estudio del aislamiento térmico de la casa, el estado de las fachadas y los suelos y de las instalaciones de agua y electricidad.
Por último, este certificado energético debe registrarse ante la Administración para que pueda expedir la etiqueta energética de la vivienda.
La certificación energética tiene una validez de 10 años. Es por esto que, si has realizado reformas o reparaciones importantes en la vivienda, es necesario renovar el certificado si deseas vender o alquilar el inmueble en un futuro. De no contar con él, el notario no firmará la compraventa de la vivienda.